Tener claro tu instinto, tu eneatipo y tu subtipo te aporta claridad en tu manera de experimentar tus motivaciones, emociones, comportamientos y formas de pensar. Te permite conocer lo que se te da bien, aquello a lo que necesitas prestar atención y lo que te bloquea o te estresa.
El siguiente paso es utilizar esta información para lograr objetivos y mejorar tus experiencia en las áreas de tu vida que necesites, tus relaciones, tu trabajo, tus proyectos, tus hábitos, tu salud y todos aquellos movimientos que quieras hacer con mayor inteligencia.
El gran error que cometemos quienes nos aventuramos en nuestro desarrollo personal es pretender resultados con fórmulas diseñadas para públicos amplios. Claro que pueden funcionar, pero cuando descubrimos nuestras propias recetas y antídotos basados en la manera que tenemos de funcionar, los resultados llegan con mayor rapidez y menor esfuerzo.
Cuando tenemos claro como funcionamos, y nuestro objetivos están en sintonía con lo que realmente queremos y necesitamos, las acciones se ejecutan más fácil, con mayor entusiasmo y con la capacidad de optimizar los procesos cuando es necesario. Y al percibirnos en acción, la motivación se incrementa y lograr nuestros objetivos es inevitable.
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